Niño bonito del alt country, Ryan Adams fue en el año 2001 la estrella emergente del momento. Después de un rodaje de años por el country "parsoniano" con su grupo Whiskeytown, el lanzamiento de Gold en Lost Highway Records, una sucursal de Universal, fue cuidado y prometedor. Canciones como "New York, New York", "Goodnight Hollywood Boulevard" o "Firecracker" enseñaban algo bueno de verdad. Pero no es el de Jacksonville (NC) un tipo fácil. Pronto se vió envuelto en un problema con su discográfica que se negó a editar "The Suicide HandBook" en el 2002 por considerarlo demasiado triste. Sus peleas con la industria han sido épicas, sus prontos son bien conocidos entre los críticos musicales y sus recurrentes amores con modelos y actrices le han hecho pasto de la prensa rosa americana y de Pérez Hilton en particular.
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Cara de bueno en el Hudson |
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