las criaturas - pájaro

En el blog ya caminan hace tiempo las criaturas de Silvio. Abrían el disco de la Plaza de San Antonio. El primer trabajo con Sacramento, el grupo que se fue formando para apoyar a un Silvio que solo tenía en la calle Al Este del Edén, ese disco en blanco y negro donde proclamaba orgulloso que el estar descontento con este mundo era no haber entendido nada. En Cádiz era el Silvio que ya pasó El Pudridero, el Silvio del vozarrrón de sus mejores años. Y con un sello tan castizo como Discos Senador se juntaron, el viejo colega Pive Amador y el joven admirador y mejor guitarrista Pájaro para hacer una auténtica Fantasía Occidental donde vivián San Juan de la Cruz y el Rey Fernando.

Gente fina de Sevilla
Ya con Silvio ido, el Pájaro, que fue su compañero fiel hasta el final, se marcó esta versión que es la mejor elegía que se le puede hacer a un amigo. Uno escucha esa letra entresacada en el 1585 por un tal Juan de Yepes que aún no era santo y se le va la cabeza a pensar en el blues. Esa música que parece sacada de los siglos. Y se da cuenta de que lo que importa aquí no es la música, sino la letra. "Dí un ciego y oscuro salto/ Y fui tan alto tan alto/ Que le dí a la caza alcance/ Y así toda criatura/ Enajenada, se ve/ Y gustan de un "no se qué"/ Que se halla por ventura/ Que estando la voluntad/ De divinidad tocada/ No puede quedar pagada/ Sino con divinidad..."  Algo que va a sonar increíble con cualquier música. Cuando se juntaron Pive, Silvio y el Pájaro la hicieron rockera y cofrade, al estilo de la Inmaculada. Con ese vozarrón que se arrimaba hasta el cielo de Cochran, los coros y el solo sonando cristalino como una verbena. Una canción para un crooner poderoso. Pájaro conoce sus limitaciones y baja  la escala hasta el garito subterráneo. Y la lleva a su terreno para poder ofrecérsela de igual a igual al viejo amigo. Donde Silvio encontraba el italiano, el Pájaro encuentra el francés y donde ponía swing ahora pone arrebato. Un homenaje sentido con una de las mejores canciones que se han hecho en castellano. O como se recupera a un santo.




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